Para despedir el día de la Virgen de Loreto y las fiestas de Santa Pola se ha lanzado un castillo de fuegos artificiales desde el espigón de la Playa de Levante, con una duración aproximada de unos 8 minutos, pero muy bien aprovechados desde el punto de vista del espectáculo pirotécnico ofrecido.
El castillo de fuegos ha sido muy variado en cohetería y tipo de artefactos que se han utilizado, tanto aéreos de gran alcance y gran altura, como ramos de cohetes lanzados a media altura, desde el mar y también hacia el agua.
No ha asistido tanto público como antes de la pandemia, debido a que no se ha querido publicitar demasiado ya que las medidas restrictivas tampoco se sabían con exactitud si iban a cambiar progresivamente o en qué medida.
Había una línea de personas apoyadas sobre el pequeño murete que delimita la playa como se puede observar en las fotografías, pero nada comparable a los otros años anteriores a la pandemia.
La cohetería ha transcurrido en estos 8 minutos con sonidos espectaculares, sonidos muy variados, estruendos seguidos y explosiones en el aire de cohetes, silbatos aéreos, fuegos de ráfaga de percusión, así como multitud de palmeras de luces de colores casi silenciosas, pero eso sí, de todos los colores.
También han predominado los tradicionales ramilletes amarillos que han dibujado sobre el cielo dobles, triples y cuádruples formas de palmeras, un jardín aéreo en sí mismo, el palmeral en el cielo.
Crónica, fotografías y vídeo: Alberto Carrillo / AFPRESS