El Desierto de Mahoya, también conocido como Desierto de Abanilla o el «Paisaje Lunar Murciano», es una impresionante extensión de terreno árido situada en la pedanía de Mahoya, perteneciente al municipio de Abanilla, en la Región de Murcia. Este paraje se caracteriza por sus formaciones de «badlands», paisajes desérticos con barrancos y cárcavas esculpidos por la erosión durante millones de años, que le confieren una apariencia similar a la de la superficie lunar.
Para llegar al Desierto de Mahoya, se recomienda tomar la AP-7 en dirección a Murcia y, posteriormente, seguir las indicaciones hacia Abanilla. Una vez en Abanilla, diríjase hacia la pedanía de Mahoya, ubicada a unos 3 km del centro del municipio. El desierto se encuentra en la carretera que va de Baños de Fortuna a Mahoya, en la A-21. Aunque no hay un estacionamiento oficial, es posible dejar el vehículo en una explanada de tierra que parte desde la carretera y se adentra por una pista.
Al explorar el desierto, es aconsejable seguir los senderos ya marcados para minimizar el impacto ambiental y evitar la erosión del terreno. Se recomienda llevar calzado adecuado, protección solar y agua, especialmente si se visita durante los meses más cálidos. El desierto es un lugar ideal para la fotografía, especialmente al atardecer, cuando la luz resalta las formas y colores del paisaje.
Para los amantes del senderismo, la zona ofrece rutas como la del río Chícamo (PR-74 Mahoya-El Cajer), que comienza en la pedanía de Mahoya y finaliza en la de La Umbría. Esta ruta lineal de 8 km permite descubrir contrastes entre la huerta y los paisajes áridos de la región.
El Desierto de Mahoya es un ejemplo destacado de los paisajes semiáridos del sureste español, ofreciendo una experiencia única para quienes deseen explorar entornos naturales singulares y poco transitados.
El Desierto de Abanilla, también conocido como Desierto de Mahoya, es un paraje singular en la Región de Murcia, España, que destaca por su paisaje árido y formaciones geológicas únicas. A continuación, se detallan diversos aspectos de este entorno.
Este desierto se caracteriza por formaciones de «badlands», resultado de procesos erosivos que han moldeado el terreno a lo largo de millones de años. La región ha experimentado diversas fases geológicas, incluyendo periodos de sedimentación marina y continental, seguidos de elevaciones y erosiones que han dado lugar a su actual morfología. La emersión de nuevas tierras permitió la llegada a la región de fauna y flora procedentes del norte de África y del occidente de Asia.
La vegetación en el Desierto de Abanilla está adaptada a condiciones de aridez y suelos pobres. Especies como el palmito, el esparto y el tomillo son comunes en estas áreas. Estas plantas son resistentes al calor y la falta de agua, características típicas de las llanuras y costas de la Región de Murcia.
En cuanto a la fauna, aunque no se dispone de información específica sobre el desierto, en las llanuras de la región habitan especies como el zorro, el conejo y diversas especies de lagartos. Estas especies están adaptadas a las condiciones semiáridas y encuentran refugio y alimento en este entorno.
Los suelos de esta región son predominantemente arcillosos y calcáreos, resultado de la sedimentación marina y continental. La presencia de yeso en el suelo es común en varias áreas de la Región de Murcia, lo que influye en la vegetación y en las características del suelo.
Debido a las condiciones áridas y la composición del suelo, el Desierto de Abanilla no es apto para la agricultura tradicional. Sin embargo, en áreas circundantes donde las condiciones lo permiten, se cultivan especies adaptadas al clima mediterráneo, como el olivo y el almendro.
No existen datos oficiales sobre el número de visitantes que recibe el Desierto de Abanilla mensualmente o anualmente. Sin embargo, debido a su singularidad paisajística, es un lugar que atrae a fotógrafos, excursionistas y amantes de la naturaleza que buscan entornos poco transitados y paisajes únicos.
Crónica y Fotos.: Paco Ciclón / AFPRESS
