La Cabalgata de Reyes en Elche, entre tensión y magia
Un inicio complicado, caos y errores organizativos
La Cabalgata de Reyes Magos del pasado 5 de enero en Elche, uno de los eventos más esperados por las familias de la ciudad, estuvo marcada por incidentes que evidenciaron graves fallos en la organización. El desfile, programado para las 18:00 horas, comenzó con una hora y media de retraso debido a problemas logísticos relacionados con las sillas reservadas para el público.
El problema más grave se registró en el tramo inicial de la calle Jorge Juan, donde se descubrió que las sillas habían sido mal numeradas. Este fallo resultó en la duplicación de localidades, dejando a numerosas personas sin un lugar donde sentarse pese a haber pagado previamente. La situación generó momentos de alta tensión: enfrentamientos verbales, personas plantándose frente a las sillas ocupadas y un ambiente de frustración generalizada que pudo haber escalado a incidentes físicos.
Aunque el Ayuntamiento de Elche movilizó un camión con más sillas para intentar solventar el problema, la sensación de inseguridad y descontrol reinó durante gran parte de la jornada. Muchos asistentes criticaron duramente la falta de previsión y organización por parte de la concejalía de Festejos, que quedó en entredicho en un evento de esta magnitud.
Un recorrido que devolvió la magia
A pesar de los contratiempos iniciales, la magia de la Cabalgata consiguió imponerse mientras los Reyes Magos recorrían las principales calles de la ciudad. Desde la avenida de Novelda, donde comenzó el desfile, pasando por Jorge Juan, Reina Victoria y la Plaza de Baix, hasta llegar a la Diagonal del Palau, el espectáculo logró arrancar sonrisas y aplausos, especialmente entre los más pequeños.
Las carrozas, llenas de luces y colores, junto a los pajes reales lanzando caramelos, permitieron que las familias olvidaran los inconvenientes vividos al inicio. Durante el recorrido, el ambiente se llenó de amor, alegría, felicidad, cariño, ternura, fantasía, entusiasmo, empatía y risas. Los niños, emocionados, disfrutaron con entusiasmo de la Cabalgata de sus adorados Reyes de Oriente, creando recuerdos mágicos en una noche inolvidable.
La Policía Local estimó que más de 65.000 personas se congregaron a lo largo del recorrido para ver a Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes cerraron la noche con un emotivo espectáculo de fuegos artificiales en la Diagonal del Palau. Pese a los errores logísticos, la ilusión de los más pequeños y el esfuerzo de los participantes lograron salvar una noche que, de otro modo, habría quedado marcada por el caos.
Crónica, fotografías y vídeo: Alberto Carrillo / AFPRESS
