El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha defendido públicamente su gestión durante la reciente DANA que asoló la provincia de Valencia a finales de octubre. En sus intervenciones, Mazón explicó que su gobierno actuó con la información que recibió de los organismos responsables, como la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), destacando que los avisos de alerta fueron transmitidos con prontitud, aunque algunos datos cruciales, como el aumento del caudal del barranco del Poyo y el riesgo de la presa de Forata, llegaron demasiado tarde.
Acusaciones hacia la CHJ y retrasos en la toma de decisiones
Mazón ha señalado que la CHJ, responsable de los cauces fluviales, comunicó información importante a través de correos electrónicos en lugar de hacerlo de manera directa, lo que, según él, dificultó la toma de decisiones rápidas y efectivas. Además, el presidente acusó a la CHJ de haber borrado datos claves sobre el caudal de los barrancos, lo que, en su opinión, empeoró la gestión de la crisis. A pesar de sus explicaciones, estas declaraciones no han logrado calmar la creciente presión pública sobre su actuación.
La comida de trabajo: Un momento crítico de la crisis
Uno de los puntos más controversiales de la gestión de Mazón ha sido su ubicación durante las horas más críticas de la emergencia. El presidente estuvo en una comida privada de trabajo en el restaurante El Ventorro de Valencia entre las 15:00 y las 18:00 horas del 29 de octubre, momento en el que la DANA ya provocaba importantes inundaciones en diversas localidades. No fue hasta después de las 19:00 horas que Mazón se trasladó al Centro de Coordinación de Emergencias (CECOPI) en l’Eliana, lo que ha generado duras críticas por su falta de respuesta inmediata. Mientras desde la Generalitat se defendió que Mazón estaba «puntualmente informado» durante la comida, muchos consideran que la demora en su presencia sobre el terreno reflejó una falta de urgencia y de liderazgo en la gestión de la crisis. Según diversos analistas y medios, “esa comida perseguirá a Mazón durante toda su vida”, ya que esa comida ha quedado marcada como un símbolo de la falta de acción en el momento más crucial de la emergencia.
Culpa a otros organismos, pero la crítica persiste
Además de sus declaraciones sobre la CHJ, Mazón intentó desvincularse de parte de la responsabilidad de la crisis señalando a otras instituciones, como la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Gobierno central. Afirmó que la CHJ no advirtió suficientemente sobre la magnitud del desastre y criticó el despliegue de efectivos de la UME, aunque desde el Ministerio de Defensa aclararon que la activación de estos operativos es competencia del gobierno autonómico. También, miembros del Partido Popular señalaron la falta de apoyo del Gobierno central para declarar la «emergencia nacional», lo que habría facilitado una intervención más directa.
Descontento generalizado entre los afectados
El descontento de los habitantes de los municipios más afectados, como Paiporta, Chiva y otros barrios periféricos de Valencia, es palpable. Los vecinos denuncian una grave falta de coordinación entre las administraciones y una respuesta tardía, que contribuyó al empeoramiento de la emergencia. La magnitud de los daños materiales, incluyendo viviendas y comercios inundados, y la falta de recursos suficientes para atender a las víctimas, han intensificado el malestar ciudadano. Las críticas se centran especialmente en la falta de intervención oportuna y la sensación de abandono que experimentaron muchos de los afectados.
Críticas de la prensa nacional e internacional
Los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, han sido muy críticos con la gestión de Mazón. Periódicos como El Periódico y El Mundo subrayan que las medidas de emergencia fueron insuficientes y llegaron demasiado tarde, cuando ya se habían producido grandes daños. Medios internacionales, como Le Parisien y The Guardian, calificaron la respuesta de la Generalitat como «lenta y desorganizada». El New York Times también criticó la falta de información previa y la sensación de abandono de la población en las zonas afectadas.
La falta de liderazgo y la demora en la intervención
En resumen, la gestión de Carlos Mazón durante la DANA ha sido ampliamente criticada por su falta de liderazgo visible, la tardanza en su intervención y las deficiencias en la coordinación entre las instituciones implicadas. Aunque el presidente ha intentado justificar su actuación, la ciudadanía, los medios y la oposición continúan exigiendo una revisión profunda de las políticas de respuesta ante emergencias en la Comunidad Valenciana. Las repercusiones de su manejo de la crisis parecen haber dejado una marca duradera en la imagen del presidente, y la famosa comida de trabajo podría perseguirle durante toda su vida, como uno de los momentos más criticados de su gestión.
Paco Ciclón/ AFPRESS
