La Gran Entrada de Moros y Cristianos en Santa Pola es uno de los eventos más emblemáticos y esperados por los habitantes y visitantes de la localidad. Este espectacular desfile recorre las principales calles de la ciudad, incluyendo Elche, Glorieta y el Muelle, mostrando el esplendor, la riqueza histórica y el colorido de los trajes de ambos bandos. Cada año, esta celebración atrae a miles de espectadores, fascinados por la majestuosidad y la cuidada puesta en escena que evoca las antiguas batallas entre moros y cristianos.
El desfile, que tuvo lugar ayer durante las Fiestas Patronales de Santa Pola, es una verdadera manifestación de la tradición y el fervor local. Los participantes, ataviados con elaborados trajes que reproducen con gran fidelidad la vestimenta de la época, marchan al ritmo de marchas moras y cristianas interpretadas por bandas de música locales y de la región. Este evento no solo es una celebración visual, sino también un homenaje a la historia compartida entre las culturas cristiana y musulmana que coexistieron en la península ibérica.
El recorrido comienza en la calle Elche, una de las arterias principales de Santa Pola, donde los espectadores se congregan desde temprano para asegurarse un buen lugar. A medida que avanza el desfile, la Glorieta se convierte en un escenario de encuentro entre las diferentes «filaes» y «comparsas» que participan en el evento, cada una con su propia identidad, símbolos y música distintiva. El final del desfile se desarrolla en el Muelle, donde el reflejo de las luces en el agua añade un toque mágico al espectáculo nocturno.
Estos actos se convierten en una verdadera lección de historia para quienes asisten, recordando las conquistas y reconquistas que marcaron el destino de la región durante siglos.
Las Fiestas de Moros y Cristianos en Santa Pola, al igual que en otras localidades de la Comunidad Valenciana, tienen un profundo arraigo en la identidad cultural de sus habitantes. Estas fiestas no solo son una oportunidad para revivir el pasado, sino también un momento de convivencia y orgullo colectivo, donde la comunidad se une para preservar y transmitir su patrimonio histórico a las nuevas generaciones.
El evento culmina con un espectáculo de fuegos artificiales y música, que sella una jornada llena de emoción y orgullo. Para muchos, es el punto culminante de las festividades, un momento en el que los participantes y el público se unen en una celebración que, aunque anclada en la historia, sigue viva y vibrante en el presente.
Crónica y Fotos.: Paco Ciclón / AFPRESS