Elche, 20 de diciembre de 2024 – El Paseo de Germanías, un espacio emblemático de la ciudad, ha sido renombrado y remodelado para convertirse en el «Jardín de la Concordia». La inauguración del renovado espacio tuvo lugar ayer por la tarde en un acto que atrajo a numerosos vecinos interesados en descubrir los cambios realizados. Aunque la reforma buscaba ofrecer un lugar de encuentro y reflexión, la decisión de mantener la cruz franquista ha suscitado una notable polémica.
Una remodelación con simbolismos contrapuestos
El nuevo Jardín de la Concordia incluye importantes novedades en sus instalaciones. Entre las novedades destacan la creación de amplias áreas verdes, el acceso público a refugios antiaéreos de la Guerra Civil previamente inhabilitados, y la instalación de una imagen del exalcalde socialista Ramón Pastor como homenaje permanente.
No obstante, la conservación de la cruz de los caídos, un monumento erigido durante la dictadura franquista, ha generado divisiones en la sociedad ilicitana. Para destacarla, el gobierno local la ha colocado sobre un parterre elevado que la separa del resto del jardín. Según el Ayuntamiento, liderado por el Partido Popular y Vox, esta acción pretende reforzar el mensaje de «concordia» asociado al espacio.
Ausencias y críticas de la oposición
La inauguración del Jardín de la Concordia no contó con la participación del Partido Socialista, Compromís ni de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. Estas organizaciones han calificado el evento como un «retroceso democrático» y un intento de «blanquear» un símbolo vinculado al régimen franquista.
Familiares de víctimas y represaliados del franquismo también han manifestado su rechazo, solicitando al gobierno municipal que retire la cruz y restituya el obelisco original de 1931, que rendía homenaje a los republicanos Fermín Galán y Ángel García Hernández.
Por su parte, representantes del Ayuntamiento han defendido la decisión como una forma de promover el diálogo y el entendimiento entre los ciudadanos.
Un acto entre elogios y desacuerdos
A pesar de las críticas, la inauguración del Jardín de la Concordia se desarrolló sin incidentes ni boicots organizados. Sin embargo, la controversia se hizo evidente a través de gritos aislados de protesta, como «¡Plaza de la Discordia!», que resonaron entre los asistentes.
El acto incluyó discursos por parte de las autoridades locales y un recorrido por las nuevas instalaciones. La ausencia de consenso sobre el simbolismo de la cruz quedó patente, pero también se percibió un esfuerzo por parte de algunos asistentes para valorar las mejoras realizadas en el espacio.
Mientras algunos ciudadanos celebran la recuperación del espacio público, otros consideran que el mantenimiento del monumento es un obstáculo para alcanzar una verdadera reconciliación.
El Jardín de la Concordia, con su diseño renovado y sus nuevas funcionalidades, queda así inaugurado, no sin dejar un debate abierto en la sociedad ilicitana sobre cómo gestionar el legado histórico de la ciudad.