Un total de 14 ejemplares fueron devueltos al mar tras ser localizados el pasado mes de junio en la arena. El edil de Medio Ambiente, José Antonio Román, ha destacado el “papel crucial de nuestras playas en la preservación de la biodiversidad y la sostenibilidad”.
23/08/2024
En un emotivo evento que atrajo a numerosos residentes y visitantes, la playa del Carabassí se convirtió ayer en el escenario de la suelta de 14 crías de tortugas boba (Caretta caretta). Estas tortugas forman parte de una puesta que fue descubierta en la cercana playa de Arenales del Sol en junio, marcando la primera puesta de la temporada en España. Este acontecimiento no solo captó la atención de los amantes de la naturaleza, sino que también subrayó la importancia de las playas locales en la conservación de la biodiversidad marina.
La jornada contó con la participación activa de diversos colectivos ecologistas, incluyendo la ONG Xaloc y Margalló Ecologistas en Acción, así como con el apoyo de la Conselleria de Medio Ambiente. José Antonio Román, el edil de Medio Ambiente de Elche, estuvo presente para recalcar la importancia de este tipo de iniciativas en la conservación de especies en peligro de extinción. «La perfecta convivencia e integración entre las especies y los bañistas es una realidad en nuestras playas», afirmó Román, señalando el equilibrio logrado entre el turismo y la protección del entorno natural.
El descubrimiento del nido el pasado 18 de junio, que contenía más de un centenar de huevos, desató un despliegue de medidas de protección. Unos 20 huevos fueron trasladados al Oceanogràfic de Valencia para ser incubados de manera controlada, mientras que el resto se dejó en un nido artificial en una zona segura de la playa del Carabassí, alejada del tránsito de personas. Este nido fue cuidadosamente cubierto con mallas para asegurar la protección de los huevos durante la fase de incubación. Gracias a estos esfuerzos, 14 tortugas lograron eclosionar y fueron devueltas a su hábitat natural con éxito.
Ante la posibilidad de que más huevos estén por eclosionar, las autoridades están organizando un grupo de voluntarios que vigilen el nido las 24 horas del día, garantizando así su seguridad hasta el momento de la suelta. Este tipo de acciones son fundamentales para incrementar las posibilidades de supervivencia de las crías en sus primeras etapas de vida.
Durante el evento, José Antonio Román enfatizó la responsabilidad compartida en la protección del medio ambiente. «Las playas de Elche son un claro ejemplo de sostenibilidad y respeto por la naturaleza. El anidamiento de la tortuga boba es testimonio de la convivencia armoniosa que hemos logrado entre los seres humanos y la fauna local», expresó. Además, destacó la importancia de la sensibilización de la población, lo cual ha sido clave para mantener un entorno que favorezca tanto a residentes como a especies protegidas.
Román también recordó la implementación, desde 2017, del primer protocolo nacional para la atención de eventos de anidación en la Comunidad Valenciana. Originalmente, cuando se detectaban 1 o 2 nidos por temporada, estos eran trasladados a una playa protegida en el Parque Natural de la Albufera. Sin embargo, debido al aumento en el número de nidos, las autoridades y diversas instituciones como la Universitat Politècnica de València y la Fundación Oceanogràfic adaptaron este protocolo para dejar la mayoría de los nidos lo más cerca posible de su ubicación original, con un pequeño porcentaje de huevos trasladados al Oceanogràfic para un control adicional.
El edil de Medio Ambiente concluyó su intervención reafirmando el compromiso de las autoridades locales en seguir trabajando para que las playas de Elche continúen siendo un referente en la convivencia respetuosa con la naturaleza. «Este tipo de acciones no solo preservan nuestra biodiversidad, sino que también otorgan a nuestras playas una identidad única, donde la pureza del entorno natural se encuentra con una gestión responsable», señaló Román.
La suelta de tortugas boba en el Carabassí no solo es un hito para la conservación de esta especie en peligro de extinción, sino también un recordatorio de la importancia de las acciones locales en la protección del medio ambiente global. Eventos como este refuerzan el valor de nuestras playas no solo como destinos turísticos, sino también como espacios vitales para la biodiversidad y la sostenibilidad.