La Plaza de Baix acoge la lectura de un manifiesto que destaca la necesidad de acabar con la precariedad laboral, uno de los factores de riesgo que afecta al bienestar psicológico
10/10/2024
Elche ha conmemorado este jueves el Día Mundial de la Salud Mental con un acto celebrado en la Plaza de Baix, organizado por el Ayuntamiento y la Asociación de Enfermos Mentales de Elche (ASFEME). El evento incluyó la lectura de un manifiesto cuyo principal objetivo ha sido concienciar a la sociedad sobre la estrecha relación entre el trabajo digno y la salud mental.
Bajo el lema «Trabajo y salud mental, un vínculo fundamental», la directora de ASFEME, Noelia Aznar, destacó la importancia de promover entornos laborales saludables y justos, que no solo respeten, sino que favorezcan la salud mental de los trabajadores. “El entorno laboral es uno de los principales factores que influyen en el bienestar de las personas. Reclamamos un trabajo digno para todos, especialmente para aquellas personas con problemas de salud mental, quienes tienen derecho a una vida laboral activa y plena”, subrayó Aznar.
La precariedad laboral, un riesgo para la salud mental
Ana Belén Anguita, experta en salud mental y afectada por la enfermedad, fue otra de las voces clave durante la lectura del manifiesto. Anguita resaltó que la precariedad laboral y la falta de oportunidades de empleo para personas con discapacidad psicosocial son una grave problemática. “Nos enfrentamos al estigma, los prejuicios y la falta de información sobre la salud mental, lo que resulta en una baja tasa de inserción laboral. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022 muestran que las personas con discapacidad psicosocial tuvieron la segunda menor tasa de empleo, apenas un 18,9%”, afirmó.
Anguita también hizo hincapié en los efectos devastadores que tiene el desempleo sobre la salud mental, mencionando que “la inseguridad laboral y financiera, junto con el desempleo, son factores de riesgo que incrementan las tasas de depresión e incluso de intentos de suicidio”.
Llamado a las administraciones y al tejido empresarial
Por su parte, la presidenta de ASFEME, María José Gisbert, hizo un llamamiento directo a las administraciones públicas y al tejido empresarial para que cumplan las cuotas de reserva de empleo para personas con discapacidad, que según la ley deben alcanzar el 2% en las empresas. “Es imprescindible que las empresas se comprometan a ofrecer entornos laborales seguros, saludables e inclusivos, donde se fomente el bienestar y la integración de todos los trabajadores, sin importar su condición”, expresó Gisbert.
Asimismo, instó a las empresas a que adapten los entornos de trabajo a las necesidades de las personas con problemas de salud mental, tal como lo hacen con otras discapacidades físicas. “El derecho al trabajo digno debe ser igual para todos. Las adaptaciones y el apoyo son cruciales para garantizar que las personas con problemas de salud mental puedan ser autónomas y vivir con dignidad”, concluyó.
Compromiso del Ayuntamiento de Elche
El alcalde de Elche, Pablo Ruz, también intervino en el acto, subrayando la importancia de visibilizar un problema que afecta a miles de personas en la ciudad. “Nadie está exento de sufrir problemas de salud mental. Como administración pública, es nuestro deber atender esta situación de manera adecuada, y aunque hemos avanzado en los últimos 15-20 años, aún queda mucho por hacer”, reconoció el alcalde. Ruz reiteró su compromiso de seguir trabajando para mejorar las condiciones laborales y el bienestar psicológico de los ilicitanos.
Además de la lectura del manifiesto, la Plaza de Baix acogió una mesa informativa organizada por ASFEME, donde se llevaron a cabo talleres y actividades para concienciar sobre la importancia de la salud mental y ofrecer recursos para quienes padecen este tipo de trastornos.
Un día para recordar y actuar
La jornada, además de conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental, ha servido para recordar la importancia de una sociedad inclusiva, donde las personas con problemas de salud mental puedan acceder a trabajos dignos y seguros. El mensaje es claro: la salud mental es responsabilidad de todos, y tanto las instituciones como las empresas deben asumir su papel en la creación de un entorno laboral más justo y solidario.