El día 5 de julio, tras recibir informaciones de que desde hacía varios días no se observaban flamencos adultos en la mota central de la laguna de Torrevieja, miembros de AHSA pudimos constatar que la colonia había sido abandonada, al no detectarse ningún flamenco en el entorno de la colonia, ni en toda la mota central de la laguna, donde se encontraba ésta.
El Parque Natural desconocía completamente que los flamencos hubieran abandonado la colonia, tal y como se trasmitió a los periodistas que preguntaron sobre esta cuestión, lo que evidenciaba una absoluta falta de interés en el seguimiento de una especie emblemática como es el flamenco. Ante esta situación, AHSA difundió la noticia y el contexto en que se había producido, a través de su página web, noticia que fue recogida por el diario Información.
Diez días después, nos enteramos a través de un mensaje del Director del Parque Natural de las lagunas de La Mata y Torrevieja, publicado en su cuenta personal de Instagram, que había sido hallado un indeterminado número de pollos de flamenco en las orillas de la laguna y que se encontraban en buenas condiciones. En el mensaje se aprovechaba para cargar contra AHSA por dar a conocer que los flamencos habían abandonado la colonia y opinar sobre la gestión del parque natural y del seguimiento de la colonia de flamenco. El diario Información también fue blanco de las críticas por hacer su trabajo, informar. Al parecer, ignora que una de las bases de las sociedades democráticas es la participación ciudadana, a través de organizaciones no gubernamentales, que pueden opinar libremente sobre la gestión que realizan las administraciones públicas, así como requerir información sobre la misma.
Nos alegramos enormemente de que un grupo de pollos de flamenco haya sobrevivido de momento, aunque nos preocupa su supervivencia, que pese a lo que se afirma en el mensaje, las orillas de la laguna en absoluto son un lugar seguro para los pequeños flamencos, ya que se encuentran a merced de depredadores terrestres como zorros y perros que frecuentan éstas.
En definitiva, incluso la difusión de una buena noticia se convierte en una ridícula diatriba contra los ecologistas y la prensa.
Fuente.: AHSA