- La implantación de una estrategia de estas características ofrece buenos resultados de seguimiento y evita ingresos innecesarios
- Cerca del 90% de los casos incluidos en este dispositivo no precisan ingreso, lo que aporta beneficios al paciente y al sistema sanitario
Alicante (25.01.22). El Servicio de Urgencias Generales del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante cuenta con una consulta monográfica de alta resolución dirigida a pacientes con COVID-19 que, tras su paso por Urgencias, no precisan ingreso hospitalario. Se trata de un dispositivo que se ha mostrado eficaz para ofrecer un seguimiento más estrecho a pacientes que presentan infección leve, sin insuficiencia respiratoria, con o sin neumonía, pero con criterios de riesgo de complicaciones o evolución desfavorable.
El dispositivo se puso en marcha en un momento de elevada demanda asistencial, a principios de 2021, en estrecha colaboración con el equipo COVID-19 del centro, liderado por los Servicios de Medicina Interna, Neumología y la Unidad de Enfermedades Infecciosas (UEI).
Y es que los sistemas de salud mundiales se han enfrentado a enormes desafíos durante la pandemia. La decisión de los Servicios de Urgencias hospitalarios acerca de si ingresar o dar de alta a un paciente con COVID-19 es un punto clave en el manejo de los pacientes, con implicaciones en los resultados clínicos y la capacidad hospitalaria.
De este modo, “diseñamos e implantamos esta estrategia asistencial ambulatoria de derivación desde el Servicio de Urgencias a una consulta presencial monográfica, con el objetivo de garantizar un adecuado seguimiento de pacientes positivos con situación clínica estable, ofreciéndoles una óptima calidad asistencial y seguridad, que nos ha permitido reducir ingresos innecesarios y, con ello, asegurar la sostenibilidad del sistema de salud”, remarca el jefe del Servicio de Urgencias, el doctor Pere Llorens.
Los pacientes son evaluados de forma presencial en la consulta por el equipo médico en las primeras 72 horas tras la visita al Servicio de Urgencias, “en la que llevamos a cabo una monitorización clínica, analítica sanguínea y radiografía de tórax o ecografía pulmonar. Dependiendo de esta valoración clínica, el paciente puede recibir el alta para seguimiento en Atención Primaria, continuar con este seguimiento especializado o, si lo precisa, ingresar en el hospital”, remarca el doctor José Manuel Carratalá, médico de Urgencias y de la Unidad de Corta Estancia (UCE).
Durante la sexta ola se ha seguido potenciando la citada consulta, que está operativa de lunes a viernes y “en la que atendemos a una media de entre 10 y 16 pacientes diarios, incluyendo progresivamente a pacientes COVID-19 que tienen otros factores de riesgo. En total, hasta el momento, se ha ofrecido esta evaluación clínica presencial a más de 1.000 pacientes”, explica el doctor Carratalá.
Validación de la consulta
El equipo COVID-19 ha evaluado esta estrategia y ha publicado recientemente un estudio que confirma la efectividad de la consulta monográfica de alta resolución. Este trabajo, que acaba de publicarse en la revista Emergencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), abarcó del 7 de enero al 17 de febrero de 2021, y se incluyó a una cohorte de 278 pacientes remitidos desde el Servicio de Urgencias a la citada consulta.
“Los resultados reflejan que aproximadamente un 90% de los pacientes incluidos en el modelo no precisaron ingreso hospitalario tras el alta de Urgencias. Por tanto, este dispositivo ha permitido realizar un seguimiento clínico adecuado de los pacientes, con un control evolutivo de la enfermedad que permite la hospitalización solo en aquellos pacientes que puedan beneficiarse de ella”, subraya el doctor Llorens.
Además, la población a la que se ha dirigido la consulta, personas de mediana edad, con baja comorbilidad y sin insuficiencia respiratoria, representa un volumen importante de pacientes COVID-19 que acuden a los Servicios de Urgencias y “supone un tercio de los ingresos hospitalarios por COVID-19 que se producen en los hospitales, lo que refuerza la importancia de contar con un dispositivo de estas características, que optimiza la atención y los ingresos”, añaden los autores del artículo.
Otro elemento destacado a tener en cuenta es que esta estrategia ha supuesto, sólo en la época sujeta al estudio, un ahorro potencial de 2.559 euros por paciente, lo que globalmente corresponde a un ahorro de 624.410 euros.
En un escenario epidemiológico de elevada incidencia de infección como el actual, con una alta presión asistencial en Urgencias y en la planta de hospitalización, “la toma de decisiones en este grupo de pacientes se ha visto facilitada por la disponibilidad de una consulta presencial precoz de alta resolución”, indican las mismas fuentes.
Todo ello tiene “importantes beneficios para los pacientes, ya que al no requerir ingreso hospitalario se evitan las complicaciones derivadas del mismo; y para el propio hospital, puesto que ayuda a preservar la capacidad operativa durante la pandemia, manteniendo la calidad de la atención clínica y la seguridad del paciente”, concluye el jefe del Servicio de Urgencias.
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